Perfecciona tu forma de comer
- A poco que te lo propongas, conseguirás exquisitos platos que harán de tu dieta una delicia. Piensa, por ejemplo, qué ricos pueden quedar unos guisantes si los salteas con setas y les añades una picadita de cebolla. ¿Y qué te parece si al modesto arroz blanco le añades una salsa de tomate y unas tiras de pimiento frito? Con carne magra picada, espinacas y los complementos de rigor (ajo, huevo, etc.) puedes hacer unas albóndigas memorables.
- Si prefieres pescado, podríamos sugerirte un pastel de chanquetes preparado con huevo, harina, etc. Para qué seguir. Seguro que tu imaginación ya está descubriendo mil y una posibilidades que van mucho más allá de la «ensalada y la merluza hervida».
Cómo reducir el consumo de aceite
El aceite, especialmente si es de oliva virgen es saludable, pero debes controlarlo porque aporta muchas calorías:
- En lugar de aceite, utiliza limón para aderezar las ensaladas. También puedes «alegrarlas» con hierbas aromáticas.
- Utiliza sartenes y planchas antiadherentes y así necesitarás poquísimo aceite.
- El horno es un buen aliado para cocer el pollo, el cordero, etc. En su propia grasa, sin necesidad de añadir condimentos pesados.
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